I
No me equivoqué al no entregarte mi alma
La reserva fue acertada
Resultaste vacía y perdida, sin rumbo fijo
No te juzgo malvada, tal vez distraída..
No dicto la sentencia para no tener ejecutarte
Algún poder me evitó la angustia de amarte....
II
Que ciega fuiste...
Ante ti un mundo se abrió y preferiste la deslealtad a una honesta negación
Hubo silencio...
Un suave ardor del crecimiento sensorial ahogado en néctar y opio
Jugaste tu suerte en una noche aciaga y pretendiste que mi corazón fuese tu dado
Ilusa.
No podrías tenerme en tus manos, mi alma te habría incendiado
III
Quise alimentar tu boca con mis besos, nadar en tu piel con mis sueños...
Ahora sólo eres humo de una llama extinta...las cenizas son tus palabras, tus gestos...
Las estrellas van y vienen, brillan y se extinguen, tu fuiste una más...
Vuela, aléjate, y cuando sepas que puedes decidir honestamente
Tendrás que esperar que yo elija volver a nadar en tu mirada... que mis versos quieran besar tus dulces ojos vacíos
2 comentarios:
La venganza, qué bien, el poeta despertó de ese ensueño.
"·...pretendiste que mi corazón fuese tu dado", fantástico.
Suele pasar, ahora ella no será más que "humo".
Simplemente estupendo!! Te Felicito :) me Gustó mucho,Continua así.
Publicar un comentario