domingo, enero 13, 2008

Hoy la tristeza me dió una tregua


I

Hoy la tristeza me dió una tregua
retiró de mi alma el acero candente del anhelo
Decidió que era un buen día para desatar mis manos de los lazos de la melancolía
y besó mis labios mientras con sal curaba las heridas del tiempo.

II
Hoy la tristeza decidió que la alegría me mimara
que dulce amante es...
Otorga la esperanza de cada amanecer y no conoce exigencias ni compromisos
Lamió con su dulce boca cada lasceración del amor y enjugó sus cabellos en mis lágrimas.
Etérea, como una canción de la nada

III
Hoy la tristeza y la alegría me pidieron que me sentara con ellas en el parque a ver las aves
Que me tomara un tiempo para ser yo mismo, para saborear lo que es ser íntegro
Que por un segundo pensara en ti sin odiarte, porque igual te amo
Y mientras me siento el dolor se va, te veo en mi mente
Ciertamente hay esperanza de paz

IV
Tu cabello levantado al aire, tu mirada al horizonte, eres eterna
no me regalas sueños, mis compañeras me lo dicen
Tristeza me toma de mano para consolarme por tu ausencia
mientras que la alegría me acaricia recordándome que me amaste...
y yo te amé...

V
Silencio, este lapso de tiempo detenido termina
la banca queda vacía porque el agua debe correr, igual que yo
Distancia, tiempo, fronteras, son sólo moscas ante los sentimientos y no importan cuando el alma se entrega y se recuesta junto al corazón de la amada...
no importan
La tristeza me dió una tregua para volver a conocerme, para crecer y para luchar por ser libre...
Bandera blanca, manos boca arriba, cabeza al sol y un camino por recorrer...

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