
I
Una vez más salta el payaso a la pista
Con maquillaje blanco de sonrisa disimula tristeza
Hace reír a sus colegas y amigos, hace reír a un Dios y un demonio que juntos se dan la mano
Sus zapatos grandes esconden los pies pequeños de un ser humano sensible al que se le exige
brinca payaso que salta pronto un tigre....
no dejes que el fuego te toque otra vez y saborea un pastel de falsedad servido entre sonrisas..
¿tienes corazón?, alguien te lo ha preguntado
o esa lágrima que amenaza es solo imaginación...
II
Pobre payaso, en silencio tiene que soportar la desdicha de cada actuación...
Dar lo mejor de ti, esforzarte cada día, solo para escuchar que se ríen de ti...no contigo
Con sus manos enguantadas lanza los aros de fuego que salen de su cabeza
Con su nariz de corneta es capaz de hacer soñar...
“¡payaso, eres tan especial!”, te suelen decir....
tan especial para divertirme pero no para vivir....
III
Siempre es la misma función, con espectadores de caras negras y solitario en medio de la pista...
Con heridas ocultas bajo la pasta blanca y deformadas por una sonrisa forzada se ocultan miles de historias y sueños...
Ilusiones muertas por el espectáculo cuya tristeza deja cicatrices indelebles sumergidas entre cabello verde...
Resulta que el payaso también es confesor....
Cada niño le cuenta lo que quiere para su vida y él lo alienta a soñar, a vivir...
Cuando detrás de su máscara desea morir...
IV
Ah, Payaso, también eres domador de sentimientos...
Como subyugas el miedo del día a día...
La ira de cada decepción...
El odio ante dioses ausentes que se llaman omnipresentes...
Como flota la risa falsa entre la oscuridad y globos de colores...
Baja tu cabeza en la despedida payaso, honra a tu hipócrita audiencia...
Sólo pocos te han visto sin tu careta...
V
El final de la noche...
Donde la sinceridad se rinde ante la soledad
Donde la verdad del olvido emerge....hay que aprender a olvidar y a ser un olvidado...
Bajo tenue luz de la mesilla la careta cae, los guantes se van, y vuelves a ser tú.... De rostro dulce y triste, de manos suaves y solas con alma de amante, poeta y príncipe...
No importa si eres de la realeza, humano, ángel o demonio....
Si hay algo cierto en este mundo es que todos somos payasos.