viernes, noviembre 02, 2007

Necrópolis

Foto: Mauricio Lairet / mauricio.enredes.com

I

Algunas ánimas son sutiles y voraces ante el existir
En Metrópolis de mentes desiertas habitan con rostro vacío
Con andar lento de prisa mortal sus pasos dañan la faz de un hogar profanado
Hipocresía macerada del corazón antiguo nubla la razón de un ser llamado “evolucionado”.
El único salvador del pecado no será un Dios, no Alá, no será Satán ni Buda....
Mírate en el espejo del tiempo de la vida y reconoce que sus arenas caen con cada lágrima que brota del corazón sangrante.

II

Tormenta se cierne sobre la calma del mar cercano a la isla del alma
En jungla de concreto los predadores acechan la inocencia que con ojos calmos se pasma ante la agresión y un ademán de acecho acelera el corazón
Maldito el villano que profana la doncella y nubla su corazón con palabras del impío hablar,
Su cuerpo desmembrado resarcirá la ofensa y su alma atormentada por eternidad en sulfuro pagará el castigo....
Maldita Ciudadela de corazones muertos....

III

La rueda de la fortuna gira con sádica policromía donde las manos rozan
la piel abandonada a los placeres del exceso
Y el veneno fluirá en las venas de los cadáveres insepultos mientras la podredumbre carcome su existencia...
Drama es el que sufren los vivos que en medio de la necrópolis habitan...
Saben que un corazón que vive, que ama, que llora y que lucha por la sinceridad es devorado por los muertos...
Desechado a la iniquidad del olvido y procesado en amasijo de hierros.
Y pretenden en la cruzada de la iniquidad purificar el cuerpo con fuego.

IV

Adiós, la noche trae juramentos de éxtasis
Las amazonas esperan para comer mi carne y beber mi sangre, pretenden mi alma....
Mi alma muerta que cerró sus ojos para siempre ante el engaño y en profundo sopor espera el regreso de la verdad....
El regreso de la vida a esta necrópolis olvidada en el ensueño de un poeta

1 comentario:

J. L. Maldonado dijo...

Estupendo...Me gustan los versos que después de una lectura detenida me dejan en la nada, con el pensamiento agredido.